Cuatro servilletas heredadas, dos de cuadritos de vichy y dos de piqué, todas de algodón y rematadas con cenefas tejidas a crochet.
Tras pasarse su vida en el fondo de un cajón,
le voy a dar utilidad, a las blancas con puntilla en hilo blanco y azul, le hago una flor y una presilla de crochet para poder colgarla en una percha en la cocina.
Las vi siempre en casa de mí madre ,
pero no tengo ni idea de quién las hizo ni si había más iguales.
Para las servilletas de vichy destino una también
como paño de cocina con una flor y presilla de crochet, para la otra he bordado una cenefa a punto de cruz siguiendo los propios cuadros
para utilizarla como mantel individual.
Se da la casualidad que esas servilletas de vichy,
son donde inicié mí aprendizaje en el crochet,
no con mucho interés por mi parte, en tardes de verano en donde mí madre, mi tía y mi abuela pasaban sus horas entretenidas, no recuerdo muy bien si llegué a terminar alguna, pues el hilo era muy fino y me cundía poco.
Había media docena y sólo quedan como muestra estas dos.
Una vez recuperadas decorarán
mí cocina y serán la escusa perfecta para participar en el Reto Amistoso 153
Presentado por Eulalia Isabel desde el
Atelier de Yayi
Pasamos a visitar a Julie
Nos vemos en el próximo reto....